NO COMMENT
El Presidente, sin darse cuenta, al poner los pies encima de la mesa con sus botas White Mountain y no quitarse las espuelas, dejo la superficie pulida llena de surcos y arañazos, como si la hubiera azotado con un látigo de nueve colas. El daño ya era irreparable. Para ocultar el estrago desplegó un mapa sobre el tablero de caoba y con el dedo señaló un objetivo: Irán.Lastima que su tiempo como sheriff, llega a su fin, ya casi no le queda tiempo para emprender su definitiva cruzada contra el Islam. ¿O si?
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